16 junio, 2011

¡Que viene el lobo!

¿Qué pasará cuando aparezca realmente el lobo? Esta es la pregunta que me hago varias veces al día durante la semana. ¿Realmente son conscientes los clientes de las responsabilidades que conlleva la realización de formación de demanda? Tal y como está la actual normativa, la empresa beneficiaria de las bonificaciones a la Seguridad Social por la realización de formación a sus trabajadores es la principal responsable de sus actuaciones. Se oyen rumores de cambio, pero hasta entonces, la legislación está como está.

Mirado con calma, no es TANTO lo que se pide para cumplir con la normativa. Por ello, muchas veces me siento abatido ante tantos impedimentos que, a mi juicio, son excusas infantiles que reflejan una falta de interés y un "nunca pasa nada". Ante esta situación es cuando intento tomar altura, elevarme un poquito y tratar de objetivar (obsesión y anhelo de todos los psicólogos de formación desde el primer año de facultad). Es entonces cuando me viene a la mente la famosa fábula de Esopo y su "¡Qué viene el lobo!", con la única diferencia que en este caso no hay mentira por el medio. Los técnicos de seguimiento del Ministerio de Trabajo (perdón por lo de "lobo" jeje), pueden presentarse en diferentes momentos dentro del desarrollo de nuestras acciones formativas (durante el desarrollo de las mismas, al poco de finalizar, al año siguiente...). Se podría decir que hasta unos 4-5 años después de haber acabado la acción formativa, no estamos "libres" de sufrir una inspección (visita de seguimiento).

¿Tanto cuesta rellenar la documentación que se pide? ¿Realmente compensa correr el riesgo de no hacer las cosas del todo bien? Con mis clientes soy muy exigente porque sé que si no lo soy, la cosa se desmadra y en el momento que aparezca un problema me pedirán explicaciones sin lugar a dudas y, seguramente, pierda ese cliente. Puedo parecer "muy funcionario", pero es que estamos tratando con la Administración Pública y hay que ser estrictos, rigurosos y serios. Nuestra obligación (mi obligación), es la de ofrecer una oferta formativa de calidad, adaptada a las necesidades de los clientes y encaminada a mejorar personal y profesionalmente a los trabajadores (con todo lo que ello lleva asociado).

Desde mi humilde opinión, debemos ser rigurosos en nuestro trabajo y saber transmitirla a nuestros clientes. Sólo así evitaremos problemas desagradables en el futuro que podrían haberse evitado con dedicar 5 minutos a sencillos pasos...

¡Qué viene el lobo! ¡Qué viene el lobo!

Permítanme los técnicos de seguimiento utilizar esta imagen de "lobo" para dar más riqueza visual al texto :)

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por este post, hace que no me sienta tan sola en mi "cruzada". 1000% (y no es una errata) de acuerdo contigo. Lo que a mi también me ocurre es que a veces no solo hay que convencer a la empresa de lo bien que resulta hacer las cosas acordes con la normativa, sino que hay que quitarle malos hábitos que ha adquirido al trabajar con otras entidades; y adquiero un aire de "enanito gruñón" que todo lo ve negro.

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  2. Me ha gustado lo de "enanito gruñón". Me alegra conocer compañeros/as que comparten experiencias muy parecidas a las mías :)

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